La Gañanía culmina con éxito la transformación de su modelo de negocio
TRAS AFRONTAR UN ESTUDIO EN PROFUNDIDAD PARA DETERMINAR UN MEJOR RENDIMIENTO EMPRESARIAL

En una ubicación privilegiada, en el Camino El Durazno, justo sobre el linde que divide los municipios de la Orotava y Puerto de la Cruz, se asoma La Gañanía, con un conjunto de salas y amplios jardines intercalados en una superficie de 8.000 metros cuadrados, que se abre a múltiples vistas panorámicas desde El Teide, siempre nimponente en la cima del valle, hasta los acantilados de la zona norte de la isla. Se trata de una auténtica finca rústica, con solera, que ofrece desde 1998 servicios de celebraciones y eventos con capacidad para hasta unas mil personas.

Su gerente, María Machado, muestra su satisfacción por haber aprovechado la oferta del Programa de Innovación Turística de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife: “Ha sido una experiencia excelente que nos ha hecho reflexionar sobre aquellos aspectos de nuestra actividad que eran mejorables y animado a trazar una línea de producción diferente, es decir, nos hemos servido de una especie de coaching, o consultoría, que te empuja a analizar lo que estás haciendo para orientarlo hacia un mejor rendimiento”, explica.

Aspecto de la celebración de un evento en uno de los espacios de La Gañanía

También señala que “el proceso de aplicación del Programa lleva un pre-análisis, que se efectúa con el técnico que ejecuta y supervisa el mismo, y de ahí obtenemos una lista de posibles áreas en las que existe claramente una mejora. Una vez que las identificas, el asesor te ayuda a enumerarlas y te guía para que puedas hacerlo, aunque no se te impone ningún proveedor, ni tampoco ninguna solución en concreto. Te permiten contactar con los proveedores que tú consideres necesarios para que te den ese servicio y, por último, se lleva a cabo una auditoría que valida o no tus actuaciones”.

“En realidad -dice María Machado- comenzamos en 1998 como restaurante, pero hemos ido adaptando nuestra oferta hasta que, al llegar la pandemia de Covid, decidimos potenciar el exterior, que cuenta con un estanque, zonas muy diferenciadas para eventos, con mucho jardín, y una superficie propia de aparcamientos; todo dispuesto de tal forma que el visitante no es consciente de lo que ofrecemos hasta que entra y accede a un amplio balcón abierto a grandes vistas”.

Mejora de las líneas de negocio

Afirma -además- que la empresa ha mejorado sus líneas de negocio con un nuevo material promocional, basado en  la realización de un vídeo de las instalaciones y un estudio de imagen: “También hemos valorado si era necesario habilitar un CRM (programa de gestión de seguimiento de clientes) o no, o la posibilidad de trabajar con comida para llevar; todo ello a través de un estudio de mercado que contemplaba también la generación de una página web”, explica.

Vista de uno de los salones del establecimiento

Al ser preguntada si ha notado el cambio tras la aplicación del protocolo comunitario, la responsable de La Gañanía dice que indudablemente sí y que ahora poseen un mayor conocimiento de las diferentes opciones que ofrece el mercado “porque hemos sido capaces de afrontar un estudio en profundidad con el que abordar un plan de actuación a más de un año vista, en cuanto a marketing se refiere, y eso nos facilita no partir de cero para aprovechar futuras ayudas”.

Precisa que es posible actuar en diversas líneas y “nosotros elegimos unir eventos sociales y corporativos, de manera que mostramos la isla y nuestra cultura desde el ámbito de servicios gastronómicos, aparte de explorar también, otra vía de producción, la de ‘menús semanales equilibrados’, que pudimos desarrollar, estudiar y analizar gracias a este programa”.

María Machado señala que recomendaría el proceso a las pymes “porque no siempre, por su dimensión, están en disposición de acceder a una consultora especializada que les ayude a establecer una estrategia de objetivos a medio y largo plazo, algo que puede llegar a ser muy complicado si no se cuenta con los recursos administrativos necesarios”.

Concluye la gerente llamando la atención sobre la insuficiente difusión de este tipo de iniciativas: “A mí me parece que deberían ser más conocidas porque, aunque el importe económico no es enorme, sí que puede ayudar mucho a una empresa pequeña, por lo que creo que las diferentes instituciones implicadas podrían darle más altavoz para que se vean beneficiadas un mayor número de ellas, pues una de las cosas más positivas que tiene la iniciativa es que, al mantenerse en el tiempo, cada edición mejora porque la experiencia acumulada permite que otras empresas futuras se beneficien de las correcciones que los técnicos valoran que deben llevarse a cabo”.